Heb Sed

El Heb Sed ("Festival Sed", o "Fiesta de Renovación del poder Real"), fue una conmemoración cuyo origen se remonta a la prehistoria, en la que el monarca tenía que probar que física y mentalmente era apto para permanecer en el trono.
Se trata de un ritual simbólico de renovación vital, en el cual el rey reabre un ciclo de gobierno.
El festival estaba relacionado con un Dios de origen oscuro, llamado Sed, cuyo aspecto es el de un chacal o un lobo y que guarda cierta relación con Upuaut "El abridor de caminos".
Los egipcios estaban impresionados por las habilidades de orientación de los chacales para encontrar rutas en el desierto.
En la mitología, un grupo de cuatro chacales remolcaba la barca celestial del Dios Sol.
La ciudad de Asiut era el centro de culto de Upuaut.
En la fiesta más importante de Abido se realizaba una procesión a través del desierto desde el templo a la tumba de Osiris, encabezada por una imagen de Upuaut para "abrir el camino".
La gente colocaba pequeñas piedras conmemorativas en el desierto adyacente, algunas de ellas con breves oraciones inscritas e incluso pequeñas ventanas, que expresaban el deseo de ver a Upuaut y su procesión.
Upuaut o Upuat "el que abre los caminos", del Sur, deidad de la Duat (Más Allá), Dios funerario y de la guerra en la mitología egipcia. 
Guía de los muertos y el que anunciaba la llegada de los dioses y reyes.
Era invocado por el ejército para que abriese los caminos y protegiera a los soldados.
Upuaut simbolizaba el solsticio de invierno.

Fuego

Como ocurre en otras culturas, el fuego era un elemento ambivalente, era considerado tanto benéfico como dañino, purificador y devastador.
Fuego era lo que desprendía la diosa serpiente (Ureos), cuando se encolerizaba, lo que escupía cuando -situada en la frente de Ra o del monarca- le protegía contra todo el mal que quisiera atacarle.
Era el elemento que empleaban algunas deidades para espantar a las fuerzas malignas.
A causa de las propiedades térmicas del Sol, los egipcios sospecharon que era fuego y como tal situaron su morada en un lugar denominado "La Isla de las Llamas", o "Isla de Fuego".
Este "fuego", se percibía cada mañana en los amaneceres teñidos de rojo.
El fuego podía ser un símbolo de vida y de salud, tan imprescindible como para que los difuntos sintieran la necesidad de él como energía para mantener su cuerpo "vivo", precisamente para esta función se enterraban con ciertos talismanes, llamados hipocéfalo.
(Símbolo egipcio que representa el fuego). 
Pese a sus cualidades purificadoras, como elemento peligroso y temible, también tenía que ser conjurado para que no dañara al fallecido.
También como elemento purificador, sirvió para deshacer ciertas figurillas de cera que reproducían a algunos animales (simulando virtualmente su sacrificio real), o la imagen de los enemigos a las cuales se les dotaba de personalidad gracias a la reproducción de su aspecto característico y la inscripción que se grababa o pintaba sobre la superficie de la figura.
Aparece citado en multitud de ocasiones como un medio de tortura para los condenados en el Más Allá, como martirio para aquellos que no habían sido justos en la tierra.
Los seres que morían quemados no tenían posibilidad de que su Ba (alma), perviviera en la eternidad y las almas condenadas en el juicio del Más Allá también sufrían este castigo o pena capital.

Horóscopo egipcio

En la antigua cultura egipcia, cada día que nacía una persona se le bautizaba con el nombre de un Dios de acuerdo a su regencia.
La astrología egipcia es un sistema global de descripción de la realidad que analiza y clasifica los fenómenos de la naturaleza.
Sus teorías son consideradas leyes cósmicas inmutables, aplicables a cualquier plano y manifestación de la vida.
Palabra de poder para cada signo:
Hijos de Bastet - Yo sé
Hijos de Selket - Yo doy
Hijos de Apep - Yo poseo
Hijos de Ptah - Yo soy
Hijos de Atum - Yo pienso
Hijos de Isis - Yo puedo
Hijos de Ra - Yo reino
Hijos de Horus - Yo analizo
Hijos de Maat - Yo amo
Hijos de Osiris - Yo deseo
Hijos de Hator - Yo veo
Hijos de Anubis - Yo uso

Antorcha

La antorcha, como instrumento que disipa la oscuridad por medio de la purificación del fuego, sirvió para alejar a genios malignos y se relacionó con el Sol.
En la celebración tebana de "la bella fiesta del Valle", los sacerdotes se dirigían a la orilla Oeste (orilla de los muertos), y se presentaban ante la estatua divina del templo funerario de Hatshepsut en Deir el-Bahari.
Portaban cuatro antorchas y las colocaban en las cuatro esquinas de la sala, donde se había colocado la barca del Dios.
Con este acto se pretendía que la luz alcanzara los cuatro puntos cardinales y disipara las tinieblas, logrando la eliminación de las temidas fuerzas negativas que querían amenazar la estabilidad.
Después presentaban la ofrenda de cuatro vasos de leche, que garantizaban la paz y el sustento del Dios.
En estos vasos se apagaban las antorchas cuando en la mañana el Sol nacía por Oriente, eliminando toda clase de peligros.

Incienso

El incienso fue una resina muy valorada y preciada en el país del Nilo, por su buen olor. 
Se relacionó con el aroma de los dioses. 
Era una parte intangible de la divinidad, su "olor", su "sudor", el medio por el que se hacían presentes.
Se entendió que tenía capacidades mágicas y que poseía la facultad de repeler y alejar a las fuerzas del mal. 

Además gracias a la columna de humo que producía al quemarse se abría un camino rápido y seguro para que las oraciones llegasen a los dioses y para que el Ba del difunto pudiera desplazarse con rapidez. 
Se quemaba en unos incensarios que el rey o los sacerdotes acercaban a la imagen del Dios.
Sirvió para hacer ofrendas a los dioses y a las momias, así como para fumigar el cuerpo. 

A través del humo del incienso los dioses podían manifestarse, la fragancia del incienso era la que anunciaba la presencia de "lo divino", y por ello, este incienso también podía transformar al difunto en un estado próximo o igual al de los dioses.
En los textos de las Pirámides, se advierte que el incienso se produjo gracias a las lágrimas de los dioses, por lo que tenía cualidades sobrenaturales.

Rojo (Desher)

Rojo-Desher: Se asocia con el fuego y con la sangre.
Podía simbolizar la vida y la regeneración (como en el uso funerario de la henna), pero también simbolizaba a las fuerzas poderosas Más Allá del ámbito controlable.
Simbolizaba las regiones hostiles desérticas de Egipto (dSrt-desheret, "la Roja", era el nombre con que se conocía al desierto y que ha dado lugar a la palabra que usamos actualmente para referirnos a él), y a Seth, Dios del desierto y el caos (deidad brutal, señor del mal y las tinieblas), que tenía el cabello pelirrojo y los ojos rojos.
Así, el rojo podía usarse con el significado de "ira", "destrucción", "muerte", o en expresiones como "furioso"=dSr jb-desher ib ("corazón rojo"), y "cólera"=dSrw-desheru.
Fragmento del Libro de los Muertos de Chahoriatef (XXI-XXII dinastías) en el que está señalado el nombre del Dios Ra, escrito con tinta negra, a diferencia del resto de la rúbrica, que utiliza el color rojo.
Los escribas usaban tinta roja en vez de la negra habitual para escribir el jeroglífico para "el Mal", y para los días nefastos del año, así como para los nombres de monstruos hostiles y dioses como la serpiente Apep y Seth.
También se usó el rojo para representar el color natural de la piel masculina, para el Sol y su fiereza natural, o para los amuletos de serpientes que representaban al "Ojo de Ra", (en su aspecto potencialmente destructor), aunque en todos estos casos no tenía las connotaciones negativas de los otros casos.