Aker

Es un Dios muy antiguo que es citado en los textos de las Pirámides del Imperio Antiguo. 
Durante el Imperio Nuevo es el guardián de las dos puertas de la Duat, la oriental y la occidental, de ahí la imagen de los dos leones contapuestos que simbolizan la entrada y salida del Más Allá, del pasado y el futuro. 
Es el que abre las puertas entre la tierra y la Duat, para que la barca solar de Ra, pasase por donde la lleva y protege. También abriría las puertas para que entrara el faraón en la Duat. 
Se narraron sus actividades en el llamado Libro de Aker.
En varias inscripciones, pinturas murales y relieves, Aker estaba conectado con el horizonte del Norte y el Oeste, formando un puente mitológico entre los dos horizontes con su cuerpo. Ajet era la forma de designar el horizonte. 
Ajet (en la lista de Gardiner, N27) es un jeroglífico egipcio que representa el lugar donde el Sol sale o se pone entre dos colinas.
Consistía en la representación del Sol saliendo entre dos montañas, que evocaban las dos cadenas montañosas lindantes con el Valle del Nilo, cuya imagen evocaba el renacimiento. 
Estas montañas estaban personificadas por el Dios Aker, cuya iconografía es la de dos leones yuxtapuestos entre los cuales nace el disco solar. 
También está representado por los dioses Shu y Tefnut, que toman, como Aker, el aspecto de dos leones que se dan la espalda. 
Este espacio era el lugar donde residía y renacía Ra, el Sol. 
Por ello éste era también un símbolo de renacimiento.
Las dos cadenas montañosas, en los dos cuerpos laterales y el centro, más bajo, el lugar por donde el Sol renacía cada mañana.
Los dos leones (Ruti), siempre mirando en direcciones opuestas, fueron nombrados Sef y Duau, que significa "ayer" y "hoy".