En momentos puntuales puede estar acompañada del Ba (componente espiritual del ser), pese a estar tradicionalmente unida a la tierra.
Los egipcios la denominaron Shuyt.
Se representó mediante una forma humana de color negro y fue un elemento de protección muy eficaz.
Los habitantes del Valle del Nilo entendieron que era una especie de doble en negativo del hombre, totalmente semejante a él y especialmente rápido.
La sombra tenía una autonomía de movimiento análoga a la del Ba, y se la identificaba con el cadáver, con el cual compartía el aspecto de silueta humana de color negro.
El nombre era parte del individuo, sin el cual no podía subsistir el ser.
Se dirigían plegarias a los visitantes de las necrópolis para que hicieran prosperar al difunto eternamente, pronunciando su nombre.