Por supuesto los artistas egipcios emplearon el color para recrear e imitar naturalezas vivas y muertas así como para marcar ciertas diferencias, como puede ser el tono más claro en la piel de la mujer.
Representaba la oscuridad de la noche, la muerte, el Mundo Subterráneo, pero paradójicamente también tenía otro simbolismo muy distinto ya que existía una curiosa y estrecha conexión con el verde y con el azul.
Los tres colores estaban identificados con el renacimiento y la regeneración por tres razones concretas.
El negro es el color del fértil limo que permite la germinación y el crecimiento óptimo de las plantas, es decir, obtiene el verde (uadj), el de las plantas que nacen, se desarrollan, mueren y renacen.
El azul (irtiu, khesbedj), el color de las aguas que hacen revivir la vegetación.
El negro también sirvió para simbolizar las aguas cósmicas y el cielo nocturno (como el azul), ya que tanto los profundos abismos como el firmamento pueden aparecer de este color que, por otra parte, era eminentemente benéfico.
El azul (irtiu, khesbedj), el color de las aguas que hacen revivir la vegetación.
El negro también sirvió para simbolizar las aguas cósmicas y el cielo nocturno (como el azul), ya que tanto los profundos abismos como el firmamento pueden aparecer de este color que, por otra parte, era eminentemente benéfico.