La diosa pájaro del IV milenio a. C. (Egipto predinástico), se refleja en las alas de Isis que todo lo protege.
En los textos de las Pirámides se dice que el difunto "respira el hálito de Isis" (Budge "The Gods of the Egyptians", vol 1), imagen que surge del relato en la que Isis asume la forma de un milano y, con el batir de sus alas, creaba el viento o hálito de vida para despertar a su difunto esposo Osiris y devolverlo a la vida, concibiendo un hijo del Dios mientras este yacía en su cofre, respirando hálito de vida y apartado, por lo tanto, de la muerte.
Así, Isis revolotea con sus alas dadoras de vida sobre todos aquellos cuya alma abandonó su cuerpo por la boca, ofreciéndoles la primera bocanada de la vida eterna.
El Ba (el alma individual y personal), también revolotea sobre el difunto en forma de pájaro, hasta que se une con el Ka (el alma universal), la esencia del poder de la vida.
Isis en forma de milano sobre Osiris.
Imagen del Ba en la tumba de Inherkhau.
Himno a Isis, siglos III o IV, descubierto en Nag Hammadi:
Porque yo soy la primera y la última,
yo soy la venerada y la despreciada,
yo soy la prostituta y la santa,
yo soy la esposa y la virgen,
yo soy la madre y la hija,
yo soy los brazos de mi madre,
yo soy la estéril y numerosos son mis hijos,
yo soy la bien casada y la soltera,
yo soy la que da a luz y la que jamás procreó,
yo soy el consuelo de los dolores del parto,
yo soy la esposa y el esposo,
y fue mi hombre quien me creó,
yo soy la madre de mi padre,
soy la hermana de mi marido,
y él es mi hijo rechazado.
Respetadme siempre,
porque yo soy la escandalosa y la magnífica.