Las estrellas

Para los egipcios, las estrellas eran las almas de sus difuntos que tras acontecer la muerte, habían pasado a vivir a la esfera divina. 
Así, el mayor deseo era convertirse en un astro circumpolar que nunca desaparece, es decir, se buscó la elevación hacia el principio, la conversión en el orden cósmico, la permanencia a través de la eternidad. 
Por ello, las estrellas eran los habitantes del Más Allá y fueron convirtiéndose en los seguidores del Dios Osiris.
La concepción estelar fue trascendental en el comienzo de la historia egipcia, de hecho, basándose en esta idea se orientaron las entradas de las primeras Pirámides y los templos funerarios. 

Tumba de Nefertari (Valle de las Reinas). 
Algunas estrellas y constelaciones se relacionaron con determinados dioses. 
Osiris era la constelación que hoy conocemos por Orión (la Sah de los egipcios). 
Isis era la estrella Sirio (la Sopdet egipcia y la Sothis griega), cuya aparición marcaba el comienzo de la crecida.
Sothis, como representante de Isis, aparece en el cielo en el amanecer y es la más brillante cuando se acerca el solsticio de verano. 
Ella era la que marcaba la crecida beneficiosa que puntualmente debía llegar a Egipto en cada ciclo anual y también marcaba el comienzo del año egipcio. 
Esta fiesta era muy importante y requería una gran cantidad de ritos mágicos para conjurar la partida de un año "viejo", y celebrar la llegada de uno nuevo, renovado. 
Era por tanto un momento delicado, ya que todas las fuerzas mágicas estaban en movimiento.
Siguiendo con la identificación del difunto con las estrellas, éste no sólo se conforma con ser estrella circumpolar, sino que insiste en relacionarse con Orión, cosa completamente lógica si tenemos en cuenta que los egipcios al morir se convertían en un Osiris.
Otra concepción paralela era aquella que presenta al cielo como una mujer arqueada (Nut), que devoraba a sus hijas las estrellas durante el día y que al anochecer les daba a luz.


Otro lugar donde los egipcios vieron la imagen de estos astros fue en el lapislázuli. 
Esta piedra es de color azul pero está moteada con inclusiones de pirita de hierro, las cuales se relacionaron con las estrellas del cielo. 
Además, el color azul oscuro del lapislázuli, estaba identificado con el cielo nocturno.
(Del Templo de Hatshepsut). 
Para los egipcios fue muy importante la interpretación de los sueños y la realización de actos mágicos. 
En ambos casos era imprescindible la consulta a las estrellas y esta consulta concernía no solo a los vivos, sino también a los muertos.
Nos vemos en las estrellas.